El desierto, donde la magia cobra vida En medio del silencio dorado del Sáhara, las dunas se alzan como olas inmóviles bajo un cielo que parece no tener fin. Allí, entre la inmensidad y el asombro, padres o madres que viajan solos con sus hijos descubren algo más que un destino: un espacio para reconectar, soñar juntos y vivir con intensidad cada paso. Caminar entre la arena es una aventura compartida. Ver cómo se iluminan sus ojos con cada pista, cada historia, cada atardecer, es un regalo.

Marrakech, el latido mágico de Marruecos Pasear por Marrakech es entrar, sin avisar, en las páginas de un cuento que cobra vida a cada paso. Sus calles laten con energía propia: aromas que despiertan recuerdos, colores que deslumbran y sonidos que envuelven como una banda sonora perfecta. Para quienes viajáis solos con vuestros hijos, esta ciudad no solo sorprende: invita a compartir, a descubrir juntos, a asombrarse al mismo ritmo. Desde la silueta majestuosa de la Koutoubia hasta los zocos llenos de artesanos que trabajan como hace siglos, cada rincón es una puerta a la imaginación.
 

Marruecos no se visita, se siente. Es un país que se despliega con fuerza y sutileza a la vez: ciudades que cuentan historias milenarias, desiertos que invitan al silencio y la reflexión, palmerales que parecen sacados de un sueño, y mercados donde el tiempo se detiene entre especias, tejidos y sonrisas. Para quienes viajáis solos con vuestros hijos, Marruecos es mucho más que un destino. Es un escenario donde la curiosidad infantil se despierta a cada paso, y donde los adultos redescubren el mundo a través de sus miradas. Es un viaje que une, sorprende y transforma. Un lugar donde cada momento compartido deja huella… y donde la aventura de verdad, comienza juntos.

Boumalne du Dadès: donde el paisaje se convierte en leyenda En medio del sur marroquí, Boumalne du Dadès sorprende con uno de los paisajes más impactantes del viaje. La carretera serpentea entre paredes de roca rojiza, como si dibujara una historia antigua sobre la montaña. El silencio del desfiladero solo lo interrumpe el susurro del viento… o los relatos que aún hoy murmuran los bereberes que habitan estas tierras. Es un lugar que no se olvida. Mientras los niños imaginan que están dentro de una película de aventuras, tú simplemente respiras hondo y te dejas llevar. Porque hay rincones que invitan a soñar juntos. A mirar el mismo horizonte… desde dos generaciones distintas.

Después de cada día repleto de aventuras, descubrimientos y momentos compartidos entre padre, madre e hijo, llega la calma. Y en este viaje, el descanso no es solo una pausa… es parte de la experiencia. En #Singlesconhijos hemos elegido con mimo alojamientos que van más allá del confort: espacios que acogen, inspiran y permiten seguir soñando. Porque cuando viajas solo con tu hijo, el entorno importa. Y cada noche debe sentirse como una prolongación del cuento que estáis viviendo juntos. Dormir bien, sentirse seguros, compartir una charla antes de dormir o mirar juntos las estrellas… también es magia.

MARRAKECH – Hotel Zalagh Kasbah En pleno corazón de la ciudad roja, donde el alma de Marruecos se mezcla con el bullicio de los zocos y el canto del muecín al caer la tarde, el Hotel Zalagh Kasbah se convierte en el refugio ideal para quienes viajan solos con sus hijos y buscan comodidad, autenticidad y calma tras cada jornada de aventura. Este alojamiento ha sido cuidadosamente elegido pensando en las familias monoparentales. Aquí, la esencia marroquí se respira en cada rincón: muros de adobe, jardines tranquilos, fuentes que invitan al silencio y espacios donde seguir compartiendo, incluso en el descanso. Las habitaciones son amplias y cómodas, perfectas para compartir sin perder intimidad. La piscina se convierte en el premio ideal después de un día explorando la medina, y el restaurante ofrece sabores locales adaptados para conquistar tanto a padres como a los paladares más jóvenes. Pero lo que realmente hace especial a este lugar es la sensación de llegar “a casa”. Esa paz que se siente cuando sabes que tu hijo puede jugar tranquilo, mientras tú disfrutas una infusión bajo las estrellas, recordando que no hace falta estar acompañado por una pareja para vivir momentos verdaderamente memorables.

Hotel Xaluca Dades – Una experiencia que acoge y transformaEntre montañas que parecen esculpidas por gigantes y gargantas que serpentean con belleza salvaje, el Hotel Xaluca Dades no es solo un lugar donde dormir: es un espacio donde sentir, conectar y reconectar. Pensado para quienes viajan solos con sus hijos, este hotel de inspiración bereber abraza con su autenticidad. Sus materiales nobles, techos altos y detalles artesanales hacen que uno se sienta parte del entorno, no un simple visitante. Pero lo que realmente lo distingue es algo más difícil de describir: esa calidez que hace sentir que no estás solo, aunque viajes solo con tu hijo. Los niños encuentran aquí libertad: para correr, explorar, ensuciarse de tierra, sentir el olor del fuego lento, mirar el cielo sin filtros. Y los adultos, por fin, tiempo. Tiempo sin pantallas, sin agendas, con conversaciones lentas y silencios cómodos.Después de un día intenso entre kasbahs, pistas y valles, este rincón es un regalo: para descansar, para mirar a tu hijo con calma, para disfrutar simplemente de estar… juntos.

ERFOUD – Kasbah Xaluca Maadid Justo en el umbral del desierto, cuando la civilización comienza a desdibujarse y la aventura empieza a latir más fuerte, se alza la Kasbah Xaluca Maadid. Majestuosa, serena, como si hubiese estado siempre allí, esperando a que tú y tu hijo llegaseis a descubrirla. Este no es un hotel más. Aquí, cada piedra parece narrar una historia antigua, cada rincón respira desierto. Diseñado como una fortaleza tradicional marroquí, este espacio no solo acoge: abraza, especialmente a quienes viajan solos con sus hijos buscando algo distinto. Las habitaciones, amplias y decoradas con detalles locales, invitan al descanso compartido. Las piscinas refrescan las horas más calurosas y se convierten en el lugar perfecto para reír juntos. El restaurante equilibra sabores internacionales con cocina local, pensando también en los paladares más jóvenes. Lo mejor de todo es esa sensación de libertad y seguridad: tú puedes relajarte mientras tu hijo corretea entre jardines y rincones mágicos, o simplemente observáis juntos cómo el día se apaga sobre la arena. Aquí comienza de verdad la transición entre el mundo que conoces… y la inmensidad del Sáhara. Y empieza también ese tipo de recuerdos que os unirán para siempre: el sabor especiado del desayuno, una conversación al atardecer, una noche bajo las estrellas.

Bivouac Royal Camp – La noche en que la magia despierta El cielo más estrellado que hayas visto no está en una foto, ni en un cuento. Está aquí, en el corazón del desierto de Merzouga, justo donde las dunas de Erg Chebbi se abrazan con el infinito. El Bivouac Royal Camp no es solo un campamento: es una experiencia transformadora, especialmente para quienes viajan solos con sus hijos y buscan algo más que un lugar donde dormir. Dormir en haimas tradicionales bajo las estrellas, rodeados de silencio y arena, no es solo especial: es profundamente emocionante. Aquí no hay pantallas, ni relojes. Solo están vosotros, las risas compartidas, las historias contadas al calor del fuego y esa mirada cómplice que une como nada más lo hace. Las haimas están pensadas para ofrecer comodidad y seguridad, sin renunciar al encanto de lo auténtico. Al caer la noche, el desierto se enfría, el cielo se enciende y el mundo se detiene. Alrededor del fuego, las canciones se mezclan con tambores bereberes y los cuentos antiguos despiertan la imaginación de los más pequeños. tú, que quizás no habías imaginado celebrar la vida así, descubres algo simple y valioso: estos momentos compartidos son el verdadero viaje. Esta noche, sin prisas, sin distracciones, sin filtros… es una de esas que se quedan grabadas para siempre. Porque cuando viajáis juntos, padre o madre e hijo, la magia no necesita ser explicada. Solo vivida. #Singlesconhijos

Ouarzazate – Hotel Karam Palace El viaje se acerca a su final, pero aún queda una última parada para detenerse, respirar hondo… y asimilar lo vivido. Ouarzazate, conocida como el Hollywood marroquí, os recibe con su luz cálida y sus paisajes de cine. Y en lo alto de la ciudad, con el Atlas como telón de fondo, os espera el Hotel Karam Palace. Este lugar no es solo un alojamiento, es un refugio con alma. Un espacio donde tú y tu hijo podéis pasear sin prisas por sus jardines, mirar el horizonte y dejar que los recuerdos del viaje empiecen a tomar forma. Las habitaciones, amplias y acogedoras, invitan al descanso sin agobios. La gastronomía rinde homenaje a los sabores de Marruecos, y cada rincón parece creado para facilitar una conversación pausada, una risa compartida, una noche serena. Aquí, el juego entre dunas, las pistas mágicas, las carcajadas en los zocos y las noches bajo las estrellas se transforman en relato. Un relato que tú y tu hijo contaréis una y otra vez. Porque el Hotel Karam Palace es más que el final de una ruta. Es el lugar donde todo lo vivido encuentra sentido. Y donde comprendéis, sin necesidad de decirlo, que este viaje os ha unido como ningún otro lo había hecho antes.

En esta aventura familiar por Marruecos, cada hotel ha sido elegido con mimo, no solo por su comodidad, sino por su capacidad de acompañar y enriquecer la experiencia de quienes viajan solos con sus hijos. Aquí no se duerme simplemente: se sueña, se descansa, se conversa. Cada alojamiento es parte de la historia que tú y tu hijo estáis construyendo.  En #Singlesconhijos entendemos que un viaje verdaderamente transformador no depende solo del destino, sino de cómo se vive cada instante. Por eso, diseñamos itinerarios que combinan emoción y seguridad, aventura y descanso, descubrimiento y tiempo de calidad. Porque nuestro objetivo no es solo que viajéis. Es que volváis con recuerdos que os acompañen toda la vida. Con historias que solo pueden escribirse cuando se viaja así: juntos.